sábado, 24 de septiembre de 2011

Una Melodía Tántrica de Marguerite Yourcenar

Erótico

Tú la avispa y yo la rosa;
Tú el mar, yo la escollera;
En la creciente radiosa
Tú el Fénix, yo la hoguera.
Tú el Narciso y yo la fuente,
En mis ojos tú brillando;
Tú el río y yo el puente;
Yo la onda en mí nadando.
Y tú el sol y la sal
Y en los labios el caudal
Del rumor meciendo el juego.
Yo el pájaro y el cielo
Azul cruzando su vuelo,
Como el alma atiza el fuego.


Versión de Silvia Barón-Supervielle

martes, 21 de junio de 2011

El Exilio Femenino como Origen del Juego en una Pieza Poética de Noora Lee

Mi juego es el juego

Amo a la mujer. Y soy mujer. Amo jugar a la mujer. Y siempre juego. El juego es el principio de lo inmenso. Y también el fin. Entre el antes y el después, la mujer. Ella dobla el viento. Ella lo existe. No duda. Y si duda lo merece. Es otro juego más. Otro don que da su paso. Otro escalón al juego.

Hoy me veo como el aroma de mi plato. Sí, sí. El mismo.

Se queman las tostadas.

jueves, 2 de junio de 2011

La Inteligencia de la Piel Femenina en un Poema de Carmen Ollé

Las personas creen en la sabiduría    


A los cuarenta estoy con un palmo de nariz.
Me apena haber leído tanto  y no haber consumado
el placer. Regenta de mi cuerpo, de esta piel bajo la
   que fluye el aceite.  
Nada a mi alrededor, sólo una hija tierna
- benignos otoños -  
Finjo lo que no sé, soy una actriz, mi trabajo
es perverso. He amado menos de lo que supe amar,
en las tardes es el silencio; de noche, el silencio
    y el sueño.   

viernes, 27 de mayo de 2011

La Forma como Tópico en una Página Suelta de Noora Lee

Las mil y una formas
desde el fondo

A través de las formas, soy fondo. Desde miles de fondos, me formo. Entre la forma y el fondo, yo. Entre la forma y el fondo, vos. Nosotros. Nosotros entre girasoles. Entre girasoles me desato. Desanudo formas y retrato espejos. Desayunás plantas y derramo espacios. Desatamos. Desatás. Configuro la mirada y cantás las manos. Las tuyas. Las mías. Los dedos sin vidriera. Te esparzo. Me esparzo. Te indago. Y la verdad es un reclamo si me huelo y te indago. Entonces me intimo. Entonces me puedo. Y la diferencia, pare mañanas entre mis tetas. Entre mis tetas desde el fondo.
Noora Lee

lunes, 2 de mayo de 2011

La práctica superioridad de la mujer en un microrrelato de Ana María Shua

La mujer que vuela


- Puedo volar -dice la mujer. Se la ve grande y cansada. Fue bella.
- Trapecista. Una genial trapecista- entiende el director del circo.
- No. Yo vuelo. De verdad
- ¿Con cables invisibles? ¿Con un sistema de imanes, como el mago David Copperfield?
- Usted no entiende. Como Súperman.
La mujer alza el vuelo y da una vuelta completa alrededor de la carpa.
- Una gran artista. Pero no es este su lugar, señora - el director es sincero y odia tener que rechazar a una gran artista. - Este es un modesto circo de minicuento. Estoy seguro de que tendrá más suerte en una novela de realismo mágico.


Ana María Shua

martes, 19 de abril de 2011

La pérdida del Paraíso en la obra de Noora Lee


Todas las Manzanas


Manzanas de mar
en mil formas de escape
traducen la luz

No es fácil traducir luces. No es fácil escapar. Menos fácil ver las formas. Y menos aún, ser manzana en el mar.

Sin embargo, dejo que la luz del escape traduzca mi mar en todas las manzanas.

Sin embargo.


Noora Lee

lunes, 18 de abril de 2011

Poesía sobre los sobrevivientes del amor de Cristina Peri Rossi

Después

Y ahora se inicia
la pequeña vida
del sobreviviente de la catástrofe del amor:

Hola, perros pequeños,
hola, vagabundos,
hola, autobuses y transeúntes.

Soy una niña de pecho
acabo de nacer
del terrible parto del amor.

Ya no amo.

Ahora puedo ejercer en el mundo
inscribirme en él
soy una pieza más del engranaje.

Ya no estoy loca.



Cristina Peri Rossi

Remedio para el aburrimiento en una pizzería

Algunas veces, luego de una carrera venérea, acudimos a una pizzería para hacer la ingestión alimentaria, y he aquí que al cabo de mirar los espejos y de observar las bolsas que penden de los ojos de nuestro partenaire, nos pilla el más abominable de los sentimientos humanos: el tedio. Ante semejante despropósito cósmico oponemos un paliativo infalible: una guía para dibujar caras humanas con los restos de una pizza.
Es regla universal que la persona aburrida comienza a dibujar caras humanas. Ofrecemos una idea realmente sanadora: la conversión de la cochambre de una pizza en una faz humana dicharachera.
El desafío comienza cuando nos coge el colapso en una pizzería. Digámoslo sin tapujos: cuando seríamos capaces de abrirnos las venas con el servilletero. Por supuesto que es requisito sine qua non tener sobre la mesa una coqueta pizza pringosa. 

Lo primero que debe estipularse es la consistencia del queso. Téngase presente que uno de los indicadores más fieles para hacer dicha evaluación es el cromático. A tonalidades más claras, menor consistencia. Esto significa que el queso, cuanto más amarillo, permitirá un mejor tratamiento artístico. 


Una vez determinado el grado de consistencia del queso habrá que apartar dos olivas lo más esféricas posibles. Las escogidas han de ser precipitadas en el jarro de cerveza ( para otros líquidos consultar bibliografía especializada ). La espuma operará en la superficie de las aceitunas una maravillosa transformación. Teñirá el verde raigal de las olivas con el rubio vital del lúpulo. 


El otro elemento necesario para dibujar caras humanas con una pizza es el tomate. Ha de extraerse un bodoque de pulpa de tomate del tamaño de un botón. 

Ahora manufacturemos:

1 ) Colóquese una palada de queso sobre la mesa y estíresela de manera que constituya un óvalo perfecto. 
2) Achátese con golpes rítmicos dados con la culata del tenedor —el tenedor es el que tiene dientes. 
3) Incrústense las olivas a modo de ojos. 
4) Para acabar estampe el bollo de tomate a la altura de la nariz. 

La raya de la boca puede hacerse levemente levantada hacia arriba por los extremos


Violet Mia

Ficción y realidad entrelazadas en un hermoso libro de Rosa Montero


"La loca de la casa" es un ingenioso texto, mezcla de ficción y de realidad. Escrito con trazo verdaderamente femenino, retrata con cromatismos y palabras tersas las peripecias autobiográficas de la autora.

No faltan el exquisito sentido del humor y el espíritu jubiloso. 

Es un libro ágil, de lectura fluida. Se desliza bajo los ojos como un arroyo y lentamente nos recubre cual si fuera un vestido de claridad.



Rosa Montero es una periodista y escritora española. Nació el 3 de enero de 1951 en Madrid.


Entre sus obras se destacan:

  • Temblor (Seix Barral, 1990)
  • La hija del caníbal (Espasa, 1997)
  • El corazón del tártaro (Espasa, 2001)
  • Historia del Rey Transparente (Alfag., 2005)

Delicada página poética sobre los ángeles de Marosa di Giorgio

A veces, en el trecho de huerta que va desde el hogar...


A veces, en el trecho de huerta que va desde el hogar
a la alcoba, se me aparecían los ángeles.
Alguno, quedaba allí de pie, en el aire, como un gallo
blanco -oh, su alarido-, como una llamarada de azucenas
blancas como la nieve o color rosa.
A veces, por los senderos de la huerta, algún ángel me
seguía casi rozándome; su sonrisa y su traje, cotidianos;
se parecía a algún pariente, a algún vecino (pero, aquel
plumaje gris, siniestro, cayéndole por la espalda
hasta los suelos...). Otros eran como mariposas negras
pintadas a la lámpara, a los techos, hasta que un día
se daban vuelta y les ardía el envés del ala, el pelo,
un número increíble.
Otros eran diminutos como moscas y violetas e iban
todo el día de aquí para allá y ésos no nos infundían miedo,
hasta les dejábamos un vasito de miel en el altar.

De "Historial de las violetas" 

Moda para Principiantes

Un práctico y entretenido manual, en formato comic, de acercamiento al fascinante mundo de la moda.
Bajo el modo de la historieta esta obra nos impregna breve y eficazmente de las nociones y de la historia del diseño.
Consuma una excelente reseña de los principales exponentes y de las grandes tendencias del arte del glamour.



sábado, 16 de abril de 2011

Un poema desolador de Alejandra Pizarnik

Hija del viento


Han venido.
Invaden la sangre.
Huelen a plumas,
a carencias,
a llanto.
Pero tú alimentas al miedo
y a la soledad
como a dos animales pequeños
perdidos en el desierto.

Han venido
a incendiar la edad del sueño.
Un adiós es tu vida.
Pero tú te abrazas
como la serpiente loca de movimiento
que sólo se halla a sí misma
porque no hay nadie.

Tú lloras debajo del llanto,
tú abres el cofre de tus deseos
y eres más rica que la noche.

Pero hace tanta soledad
que las palabras se suicidan.